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👾 La historia de Javier, o cómo volver a los 80 sin Delorean

1980 y pico…

En un pequeño salón recreativo de Dénia, un chaval llamado Javier, de esos que se pasaban las tardes con cinco duros bien estirados, descubría que su lugar feliz estaba entre el «Game Over» y el «Insert Coin».

Mientras otros jugaban al fútbol o coleccionaban cromos, él prefería echar partidas al Double Dragon, admirar los muebles de las máquinas y soñar con tener una en casa. Spoiler: lo consiguió (pero mucho más tarde).

Años 90 y 2000…

El mundo cambió, llegaron los CDs, los Nokias, Internet y los discos duros de 20 GB. Pero Javier seguía ahí, reparando máquinas arcade para otros, dándole vida a pantallas fundidas, botones flojos y muebles olvidados. Era el “manitas” de lo retro, pero todavía no era su proyecto.

2017: El reinicio

Con 45 años y toda una vida de recreativas a cuestas, Javier hace algo que solo los valientes hacen: se reinventa.

Deja la reparación por cuenta ajena y se muda a Salamanca, donde empieza su nueva aventura: crear, personalizar y montar máquinas arcade desde cero, con alma retro pero corazón moderno.

2025: El presente (y su segunda infancia)

Hoy, con 52 años, Javier dice que está viviendo su «segunda niñez». Se dedica en cuerpo y alma a hacer felices a otros locos de los 80 como él: diseñando muebles arcade personalizados, únicos, con vinilos que van desde lo clásico hasta lo freak, y con cada detalle hecho con cariño, como si fuera para él.

Porque sí, puede que tengamos más canas… pero seguimos soñando con partidas infinitas, con el sonido de las monedas cayendo y con los piques sanos al Street Fighter.

Si tú también creciste entre recreativas, este es tu sitio.

Aquí las máquinas no solo se compran, se reviven.

Y cada una lleva un pedacito de aquella época… y de la historia de Javier.